Ante un mercado laboral competitivo y exigente, cada día más españoles necesitan complementar su carrera con estudios adicionales y especializaciones. Como ello requiere de bastante dinero, por ejemplo un máster no suele bajar de los 2.000 euros y puede llegar a costar por encima de 60.000 euros. Por eso, muchas personas intentan buscar becas para estudiar un posgrado.
Las becas son ayudas económicas provenientes del sector público o privado. En el primer caso, es el Estado nacional el que, a través de sus comunidades autónomas, provincias y municipios, apoya la capacitación de determinado sector de la población. La mayoría de las becas las ofrecen entidades públicas y es poco común encontrar becas que vienen del sector privado. Puede que algunas empresas, como parte de sus acciones de responsabilidad social ofrezcan ayudas para estudiar un posgrado.
Obtener una beca no es tarea sencilla. Es preciso cumplir una serie de requisitos, completar formularios, enviar documentación que acredite que cumples los requisitos y tras ello cruzar los dedos para convertirte en uno de los pocos afortunados. Además, la cuantía de las becas puede no ser suficiente para cubrir el coste total del posgrado. Por ello, cada vez más españoles recurren a un préstamo para costear sus estudios.
La reputación de la universidad es un factor clave a la hora de elegir un máster. Cuanta mayor reputación, tus posibilidades de encontrar un trabajo mejor se multiplican. Además, las universidades con mejor reputación suelen tener una red de contactos amplia que te permitirá hacer el proyecto de fin de máster o algún proyecto en colaboración en empresas de renombre.
Sin embargo, como podrás imaginar, cuanto mejor sea la universidad posiblemente mayor sea el coste del posgrado. Muchos españoles ven esto como una inversión, al fin y al cabo, merece la pena invertir en tu educación si luego esto te ayudará a conseguir un trabajo mejor.
Pedir un préstamo para estudiar un posgrado hoy es muy común. Se puede solicitar a alguno de los tantos bancos en España, muchos de las cuales incluso tienen convenios con algunas universidades o entidades privadas. Por lo general, cuando el destino del préstamo es financiar un curso académico, las condiciones de contratación (monto, plazos, intereses) son más favorables que las que se manejan en un crédito convencional.
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