Los impuestos a la herencia son tributos con los que estás obligado a cumplir. Tendrás que pagarlos en el caso de que recibas un legado por el fallecimiento de una persona. Hay otros dos casos en los que la Ley de Impuesto de Sucesiones y Donaciones impone la obligación de pagar. Estos son: si recibes una donación o si has sido beneficiario de un seguro de vida.
Es importante conocer un matiz. En caso de que la herencia recaiga sobre una persona jurídica, no se aplica este impuesto, sino el de Sociedades. También debes tener presente otra cuestión esencial. La gestión de este impuesto está cedida a las comunidades autónomas. Aunque hay una base común marcada por la ley en toda España, cada región la regula de una manera. Esto provoca diferencias, a veces muy notables, entre unas y otras.
Otro aspecto que te puede interesar: el plazo. Es de seis meses, como máximo, desde que se produce el fallecimiento. Debes presentar la documentación para tramitarlo en la comunidad autónoma donde este tuviera su residencia habitual.
La base imponible del impuesto es la suma del valor real de los bienes cuando fueron adquiridos. A eso debes sumar las posibles deudas y las cargas deducibles. Esa cantidad resultante es la masa hereditaria. Añadido a esto, hay que aplicar una serie de deducciones, lo que da como resultado la base liquidable. Por último, la cuota tributaria se fija en unos determinados tipos y un coeficiente multiplicador, que variará según tu patrimonio previo.
Como te acabamos de indicar, hay importantes variaciones del impuesto de sucesiones por comunidades. Esto se debe a que los gobiernos autonómicos pueden aplicar deducciones, reducciones y bonificaciones a la base imponible.
Además de la competencia fiscal que esto genera, se producen unas diferencias enormes entre áreas geográficas. La mayor carga fiscal se encuentra en Asturias. Le siguen otras, como Castilla y León, Valencia y Aragón. Por su parte, las de menor carga fiscal son País Vasco, Andalucía, Cantabria, Canarias, Madrid y Extremadura.
En estos últimos casos, este impuesto está bonificado al 99 %. Esto supone unos pagos muy reducidos, con la única salvedad de pertenecer a unos determinados grupos de parentesco. Hay cuatro, que van desde los familiares más cercanos a los más distantes.
Por ejemplo, en Andalucía, este tribuno prácticamente no existe para los parientes de los grupos I y II. Esto comprende a los descendientes y adoptados, cónyuges, ascendientes y adoptantes. Por todo este tipo de especificaciones, es importante contar con asesoramiento legal en el caso de recibir una herencia.
Antes de percibir el dinero de una herencia tienes, en muchos casos, que realizar una gran cantidad de pagos. Los impuestos, minutas de los abogados, gestiones y una larga lista de trámites generan innumerables gastos. Por eso, para cobrar una herencia a veces son necesarios los préstamos para heredar.
Si necesitas financiación por este motivo, el mercado te ofrece préstamos fáciles de obtener, rápidos y gestionados a través de internet. Puedes solicitarlos para gestionar más ágilmente el cobro de una herencia, pero también para muchas otras finalidades.
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